viernes, 4 de diciembre de 2009


O se aclimatan…
Alfonso Javier Márquez
A partir del primero de enero las cosas van a cambiar en Jalisco. Van a cambiar en relación con como están ahorita y el concentrado de poder cambiará de manos. El gobernador no dejará de ser gobernador, pero si se quedará solo con su sanedrín, como una isla en medio del océano.
Aunque han permanecido de bajo perfil en este proceso de la transición, quienes ocuparán las presidencias municipales del área metropolitana de Guadalajara harán valer la decisión popular que los llevó a esas posiciones y si bien, por ahora algunas de las batallas que se libran entre PAN y PRI por los proyectos de movilidad urbana, las gana aún Acción Nacional, en enero las cosas serán diferentes porque tendrán el control territorial de las zonas mas importantes de Jalisco y, sobre todo, de las áreas donde pretende Diego Monrraz instalar el transporte articulado.
Por ahora el PRI ha dejado el trabajo sucio, si se le puede llamar así a Eduardo Monrraz; pero una vez que llegue Aristóteles el pleito por el Macrobús se habrá acabado pues no será una diálogo entre dos.
Quienes rigen los destinos en el Gobierno de Jalisco tienen que medir muy bien sus estrategias porque, como dije, a nivel de tierra, el control lo tendrán otros. En el Congreso del Estado dominará la mayoría tricolor; los panistas que comandará Abraham González Uyeda ni siquiera serán todos, porque una buena parte de ellos no son del equipo, ni quieren ser. En los ayuntamientos importantes, las decisiones las tomarán los alcaldes del mismo color y lo que le quedará al gobernador, fuera del límite de Casa Jalisco y el Palacio de Gobierno, serán políticos de medio y pequeño pelo.
Por si fuera poco, la tendencia social no es favorable para el mandatario de Jalisco tras esos primeros tres años de mentadas y desaciertos, por lo que la alternativa priísta por mas desgastada que estuvo hace 15 años, regresa completamente renovada y con mucha sed de poder.
Es cierto que la posición de poder mas grande en la entidad la conserva por tres años mas un gobernador emanado de Acción Nacional, pero es cierto que en Jalisco no controla ni su partido político, es mas, en su partido lo que abundan son enemigos políticos, muchos resentidos por los resultados del proceso electoral adverso del que le achacan buena parte al equipo del gobernador y sobre todo a él por los desaciertos previos y, sobre todo, del Macrobús al que metieron a las campañas políticas creyendo que se traducirían en votos, sin darse cuenta que a la gente no le gustó el proyecto, por lo que se convirtió el proyecto de movilidad en lo contrario y una bandera para la oposición.
A Emilio González no le quedará otra que hacer alianzas con el tricolor, pues en el Congreso, Abraham González estará tratando de construir una candidatura con los tradicionalistas de Francisco Ramírez Acuña, archienemigo del gobernador y sobre todo de su hombre fuerte, Herbert Taylor Arthur, y con el apoyo de Hernán Cortés a quien dirigirá –o por lo menos eso piensa hacer- Eduardo Rosales Castellanos a control remoto y a través de sus allegados que le dejó sembrados en el Comité Estatal y a través de la mayoría –casi absoluta- de consejeros afines a ellos desde donde piensan poder catapultar a González Uyeda pisoteando a lo que quede del grupo de Herbert y Emilio o robándole adeptos como ya lo hicieron en otras ocasiones con otros miembros.
En resumen, para el gobernador y su equipo los años venideros que inician en 2010 no pintan nada bien…

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