Alfonso Javier Márquez
Aristóteles Sandoval debe tener mucho cuidado con las posiciones que asume como presidente municipal porque tendrá que medir hasta donde puede cumplir y hasta donde puede fallar en esos compromisos.
Hasta ahora las posturas sumidas respecto a cancelar las líneas dos y tres del Macrobús y no hacer en el Parque Morelos las Villas Panamericanas han recibido la acogida de la mayoría de la gente.
Pero cuidado, porque esta simpatía social genera expectativa y si bien el problema con los gobiernos panistas es que se alejaron de la voluntad de la gente en sus acciones de gobierno, tampoco se puede ir al extremo opuesto de decir lo que la gente quiere escuchar únicamente. Y menos en esta etapa en la que aun es presidente municipal electo y a muchos meses de distancia de tomar el control de la ciudad.
¿Qué pasará si frena el Macrobús y se queda la línea uno como un sistema trunco aislado del resto del transporte público?, ¿tendrían que quitarlo?. Una decisión de ese tamaño sería tan aberrante o mas que la de haber hecho un sistema de movilidad que no le gustó a la gente porque no le tomaron parecer.
Y no es que esté a favor ni de las Villas Panamericanas en el Parque Morelos ni del Macrobús, por el contrario, me queda claro que a la mayoría de la gente esos proyectos no le gustaron y no le parecen útiles, ni convenientes, pero es una realidad que tanto uno como el otro proyecto ya costaron mucho dinero y echar a la basura el Macrobús y las Villas del Parque Morelos, implicará un desperdicio económico que no se puede permitir una ciudad con tantas necesidades.
No es normal que el presidente municipal electo le entre al debate con las autoridades salientes de frente como lo ha hecho Aristóteles, primero con el gobernador que le mandó decir en un discurso que la línea dos “va” y que no se hablaría de “ocurrencias” hasta que no hubiera un proyecto serio sobre el tren eléctrico; y después con el alcalde que en principio hablaba de que no habría marcha atrás con la construcción del proyecto de las villas en el Parque Morelos y después se reblandeció a finales de la semana diciendo que si existía una posibilidad.
En abono del nuevo presidente municipal hay que decir que tampoco es común lo que ha estado haciendo después del cinco de julio. Lo normal es que el ganador de las elecciones, cansado de lo que implica el proceso, se toma unas agradables vacaciones desconectado de todo. En lugar de eso Sandoval Díaz comenzó a viajar el día ocho de julio a visitar a los diputados federales electos de su partido que integrarán la nueva legislatura para cabildear, desde ahora, mas dinero para Guadalajara, con la mira fija en un proyecto de tren que prometió en campaña. Y así, estuvo en Veracruz y el Estado de México hablando con los legisladores que llevarán la batuta de la bancada, sacándoles el compromiso de considerar a la perla tapatía una prioridad, cosa que dadas las circunstancias y lo reciente del proceso, no resulta complicada pues para todo político prometer no empobrece, pero si genera un antecedente que le dará al alcalde tapatío en su momento la oportunidad de decirles: “¿te acuerdas en lo quedamos?”, un lobbing muy efectivo.
Al mismo tiempo, el nuevo alcalde aprovechó a los cientos de acomedidos que surgen en estos periodos para mandar hacer estudios de factibilidad de la reubicación de las Villas para presentar un argumento válido en caso de que las cambien de sitio.
Lo dicho, en lugar de descansar el alcalde electo ha estado trabajando, ganándole tiempo al tiempo. A ver si le funciona o le resulta contraproducente por meterse al “ajo” de manera anticipada.